
No recuerdo como subimos, ni los preparativos que se hicieron en casa, sólo me veo sentada al lado de mi ama, muy pegada a la ventanilla y viendo pasar a toda velocidad los árboles.
"Ama, no me da tiempo a fijarme en los árboles, no puedo pasan tan deprisa que me marean"
"No los mires muy seguido, descansa la vista cada ratito. ¿Quieres dormir un poco?"
"No ama, sino me perderé lo que se ve por el camino"
Sacó un cuadernillo del bolso y un lápiz, ella siempre los llevaba, lo apuntaba todo y después me contaba. Abrió en la primera página y escribió un título con mayúsculas "EL PRIMER VIAJE EN TREN DE MH. NOS VAMOS LAS DOS A BURGOS"
Le miré, me guiñó un ojo y le sonreí "si te duermes un ratito no estarás tan cansada al llegar y yo te leeré todo lo que he visto en el camino, no me dejaré ningún detalle" Apoyé mi cabeza en sus piernas me tapó con la chaqueta y me abrazó.
Al contrario que ahora, me costaba dormir, pero con el movimiento del tren enseguida cerré los ojos. No por mucho tiempo, me desperté y el tren estaba parado en una estación. Un hombre llevaba una bandeja colgada al cuello con una correa de cuero, en la bandeja había bien ordenadas chucherías, bebidas, tabaco.....
"¿Quieres caramelos?"
"Si, si, si, quiero una de esas naranjas con azúcar"
Abrimos la ventanilla y mi ama llamó al hombre, en seguida tenía en mis manos una naranja, supongo que las conocéis, gajos de naranja con azúcar envueltos en papel de celofán y atado con una cuerdita, ¡como me gustaban! tengo que reconocer que me siguen gustando.
No recuerdo mucho más del tren, sí de otras cosas del viaje como la visita a la catedral, el lugar donde dormimos y la visita a mi hermano que estaba en las colonias.
Ese viaje fue estupendo, el ruido y el movimiento del tren estuvieron en mi cabeza durante mucho tiempo, las puertas de madera para entrar al departamento y como se me pegaba el asiento en las piernas, lo mejor de todo es que mi ama estaba conmigo compartiendo todas esas novedades, todas esas ilusiones y que lo más corriente y normal conseguia que fuese extraordinario.
He viajado muchas más veces en tren y todas han sido especiales, me sigue pareciendo algo mágico. Quizá sean aquellos recuerdos lo que lo hagan mágico.