jueves, 1 de septiembre de 2011

El mejor día para volver a escribir

¿Qué mejor día para pasar por mi abandonado, que no olvidado, blog, quitarle las telarañas y darle a la tecla que el cumpleaños de mi chica?
 MUCHAS FELICIDADES MI AMOR.

Ya llevo un tiempo observando que hay gente que no se corta ni un pelo y lo que normalmente haces en casa o al menos, no en determinados lugares, ellos no tienen ningún problema para hacerlo en cualquier lugar. Aquí os dejo algunas de las cosas que veo en la calle y que por lo menos a mí me llaman la atención. Ya me diréis si vosotr@s también lo haríais o no.

 1- Llego al ambulatorio y como ya es conocido el lugar me voy sin preguntar a la zona donde se supone que me harán unas radiografías. En estos sitios aunque tengas cita, nunca sabes cuando entrarás, así que pacientemente espero  imaginando que le pasa a cada una de las personas que están sentadas. Al rato llega una mujer con un niño agarrándose la mano, al parecer se ha caído y por la pinta se ha hecho una avería en el brazo. Detrás entra una chica muy maquillada, alta, rubia, ,taconazos y un escote hasta el ombligo. Se sienta y comienza a rebuscar en el bolso, saca un paquete de pañuelos húmedos, lo abre,saca uno y se levanta la camiseta para seguidamente refregarse las axilas a lo bestia como si se quisiera arrancar la piel a tiras. El caso es que tenía allí mismo el baño, bien hermoso y limpio, pero al parecer se encontraba más cómoda en la sala. Yo alucinaba, pero los que estaban en la sala os aseguro que no menos que yo, eso si a los hombres se les pegaron los ojos en el par de tetas embutidas en el apretado sujetador y seguro que a alguna mujer también jajaja. 

2-El bus es uno de los lugares que más te fijas en la gente, yo por lo menos, sobre todo si el trayecto es largo. 
Un día volvía a casa cansada y con un montón de bolsas.  La mejor opción cuando llevo tantas bolsas suele ser quedarme de pie, porque si me siento en los asientos de dos las bolsas no entran y en los de cuatro cuando se va a sentar otra persona te apachurra todo lo que llevas al pasar, así que lo mejor como he dicho es ir de pie. Pues así estaba, de pie y apoyada en la barra horizontal, intentando no mirar a la chica que iba desencajándose las mandíbulas  comiendo chicle, cuando en los últimos asientos veo a una chica de unos 35 años que saca un cepillo de dientes, le pone un poco de pasta y se cepilla los dientes como si tal cosa. Y no es coña, de verdad que lo vi. A todo esto, la pasta se la debió de tragar porque no escupió en ningún sitio, que ni si quiera un pañuelo de papel había por ahí. 
Claro que a mi cabeza le dio por pensar el porqué se estaba limpiando los dientes en un autobús, a las 8 de la noche. Se me ocurrieron un montón de opciones, aunque me quedé con las ganas de saber porqué.


De momento aquí lo dejo, hasta el siguiente que todavía hay mucho más que contar.
Espero que a mi mujer le haga  ilusión que haya vuelto a escribir. Pues nada que un saludo a todas y a todos los que os paséis por aquí.