El otro día leí un post sobre la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima. Pensé en la culpabilidad de quienes ordenaron el lanzamiento; de quienes ejecutaron la acción; de quienes en silencio lo apoyaron y se alegraron de ello. Pero no sólo pensé en ese lado de la balanza, también me acordé de las acciones de los Japoneses; de su crueldad y salvajismo con sus víctimas.
¿Fueron más salvajes unos que otros? ¿se inclina la balanza a uno de los lados?Porque en ambos casos, inocentes pagaron por pecadores.
¿Qué diferencia esta guerra de las demás? ¿La tecnología? no me parece a mí que sea más o menos cruel que cualquiera de las ocurridas en otra época. Entonces recordé un viaje que hice a Santillana del Mar, donde podemos encontrar un museo de la tortura. Se exiben aparatos de todo tipo y se describe la manera en que se utilizaban. Una buena manera de recordar para que no vuelva a pasar, lo único que ocurre es que no funciona. Se sigue torturando y matando.
Recordé que no pude terminar de ver el museo, me impresionaba tanto que me mareaba y tuve que salir y esperar fuera a mis acompañantes. No solo me horrorizó lo que veía, sino también los rostros de muchos visitantes que sonriendo observaban todos los artilugios.
No quiero pensar que los seres humanos somos así y que no se puede hacer nada para cambiar, prefiero pensar que podemos aportar nuestro granito de arena para que el mundo sea un poco mejor, aunque no se note mucho. Porque sino, vaya mierda ¿no?
Buenas tardes, sabes me parece que leimos el mismo blog, y bueno me imagino todo el dolor que provoco ese acontecimiento fatal, es increible como entre seres humanos nos podemos dañar...como podemos perder la sensibilidad y no sentir el sufrimiento ajeno, es una realidad que vemos a diario, asi como tambien es cierto, que no podremos hacer grande cosas, pero lo poco que hagamos lo hagamos con amor, solo asi cambiaremos nuestro mundo, un abrazo que tengas un buen dia.
ResponderEliminarEn la natualeza... no hay ni bien ni mal, pero en el ser humano.. yo creo que sí. Aunque no sepa de donde viene..
ResponderEliminarbesos
Yo vi un museo de la tortura también en Amsterdam. La verdad que impacta lo suyo, daba algo de "yuyu" porque éramos los únicos visitando el museo y parecía que nos fueran a encerrar allí para usar cada uno de los artilugios con nosotros. Peo vamos, saber que los usaban realmente era escalofriante. Y la única diferencia con ahora es la tecnología, las herramienas, como le quieras llamar.. pero sigue existiendo, muy a nuestro pesar. Sí, es penoso.
ResponderEliminarPues si ya me daba cosa entrar en ese museo, ahora como que no. Si te mareas tú... jajajajajjaajj.
ResponderEliminarEl ser humano es capaz de muchas cosas, es capaz de llegar a extremos insospechados. Ya no me asusto de nada (y me asusto de todo).
Es chungo pensar que el ser humano es capaz de hacer cosas tan "inhumanas", pero ahí está la historia...
ResponderEliminarYo no habría podido ver el museo completo tampoco... Me da mareos sólo de imaginarlo...
Un besito..!
Yo también entré en ese museo hace unos años... y me acuerdo aún de dos máquinas especialmente... Me preguntaba (y me pregunto) cómo sería la mente de quién las ideó...
ResponderEliminarPues yo he ido varias veces a Santillana pero nunca entre a ver el museo: nunca me atrajo el tema... y al leer tus palabras me alegro de no haberlo hecho.
ResponderEliminarY yo creo q desgraciadamente somos asi y poco se puede hacer, pues para ello deberiamos ponernos en el sitio de uno de los mas siniestros personajes de la historia... De todas formas yo soy optimista: nos cuesta aprender, pero cuando lo hacemos no lo olvidamos. Muchos muxuxxxx guapa
Yo creo que el problema está en que, a quien más a quien menos, estas cosas nos atraen, como comentas en tu entrada.
ResponderEliminarY además, creo que como bien dicen en un comentario, al ser humano le cuesta aprender y como se dice tropieza con la misma piedra. Y es más, tenemos algo que nos caracteriza, que no nos gusta ver el dolor y volvemos la vista como si así desapareciera.
Ostras! qué curioso, me pasó exactamente lo mismo que a ti, en ese museo empecé a ponerme enferma sólo de pensar cómo de podían torturar seres humanos en esos aparatos "ideados" también por seres humanos. Increíble ¿no? . Creo que como somos energía el tema es exponencial, practica amor y éste se multiplicará, practica guerra y odio y pasará lo mismo.Un abrazo
ResponderEliminarLos buenos y los malos siempre varian dependiendo de quién cuente la historia. Aunque esta claro que en una guerra no hay "buenos" sólo listos que se benefician de ellas y pobres inocentes que dan su vida porque enriquecer a otros.
ResponderEliminarBesos!
Yo tb he visto uno de esos museos, pero en Praga, a mi acompañante le paso exactamente lo mismo, suerte que yo estaba alli para salvarla.
ResponderEliminarXD
No puedo ver museos como estos, me sugestiono pensando que existan personas que inventen y usen esos aparatos. Paso del tema, y de las películas...
ResponderEliminarLa verdad esque entrar en un museo asi significa tener mal cuerpo pero a la gente a veces le hace falta ver cosas asi para convencerse de lo que es capaz el hombre desgraciadamente...nose si para meternos miedo en el cuerpo o para que al final acabemos aprendiendo.
ResponderEliminarYo no he ido al museo, no me gustan esas cosas, así que prefiero ni entrar.
ResponderEliminarPor cierto, es que me acabo de conectar y te comento en este post todo lo que lei. Qué tal tus anginas????