Continuamos bailando muy lento, este no es el ritmo de la música es nuestra música. Se rozan nuestras manos, se rozan nuestros cuerpos, sin dejar de mirarnos. ¿Cómo puedo parar? sino quiero.
Mis manos se mueven en su cadera, noto su aliento cautivador muy cerca de mi cuello. A la vez que un escalofrío recorre mi columna, cae su vestido al suelo. Embriagada por su aroma ya no se si bailo, no se si respiro, no se si vivo o estoy soñando; sólo se que siento.
PD.: Si alguien se atreve a bailar conmigo ya sabe que le espera....
wOW!!!, rendida, cautivada me dejaste!!!
ResponderEliminarUn besazo!
Baila, baila...
ResponderEliminarBailar... Sí... Tengo ganas de bailar... Quizás el sábado...
ResponderEliminar¿Buscas bailarina? Un consejo, no amenaces con quitarle el vestido.
Biquiños.